¿Por qué entender estas tres métricas te ahorra errores graves?
“No se puede mejorar lo que no se mide. Pero ojo: si mides mal, empeoras.”
La media, la mediana y la moda son más que conceptos escolares.
Son filtros que moldean cómo interpretamos la realidad.
En un dashboard, pueden cambiar una estrategia.
En un informe, pueden ocultar una crisis.
Si usas siempre la media, puedes caer en trampas.
Si ignoras la mediana, no ves las anomalías.
Si olvidas la moda, te pierdes patrones clave.
Media: la reina del promedio (pero no infalible)
Se calcula sumando todos los valores y dividiendo entre el número total. Fácil, rápida, intuitiva.
Pero… es como un político: dice lo que quieres oír si no haces las preguntas correctas.
Ejemplo: Datos de ventas (en euros): [1, 2, 2, 3, 4, 7, 20]
Media = (1 + 2 + 2 + 3 + 4 + 7 + 20) / 7 = 5,571 euros
Nota: Los valores atípicos (también llamados «outliers») son cifras que se alejan significativamente del resto y pueden alterar la media de forma considerable.
¿Cuándo usarla?
- Cuando los datos están distribuidos de forma normal.
- Si no hay valores atípicos extremos.
¿Cuándo evitarla?
- En ingresos de usuarios (los grandes outliers distorsionan).
- En tiempos de espera (una espera larga puede engañar).
Mediana: tu mejor aliada cuando los datos mienten
La mediana es el valor central: ordenas los datos y eliges el del medio.
Tan simple como útil.
Mismo conjunto de datos (en euros): [1, 2, 2, 3, 4, 7, 20]
Mediana = 3 euros (el cuarto valor al ordenar los datos)
La mediana resiste los extremos.
Es la heroína silenciosa cuando los datos se desmadran.
¿Cuándo usarla?
- Cuando hay valores atípicos que distorsionarían la media.
- En distribuciones sesgadas o no simétricas.
- Para comparar ingresos, tiempos o puntuaciones en encuestas con extremos.
¿Cuándo evitarla?
- Si necesitas usar todos los datos en el análisis (la mediana ignora los extremos).
- Cuando los valores tienen muchas repeticiones y la moda puede dar más información.
Comparativa visual: ¿cuál usar y cuándo?
A continuación, verás una tabla que resume de forma visual cuándo conviene usar cada métrica.
Incluye ejemplos concretos de conjuntos de datos para que veas en qué casos la media, la mediana o la moda son más útiles:
Situación | Mejor opción | Por qué | Ejemplo de datos |
---|---|---|---|
Datos simétricos | Media | Representa bien el centro | [2, 3, 4, 5, 6] |
Datos con valores atípicos | Mediana | No se ve afectada por extremos | [1, 2, 3, 4, 100] |
Datos categóricos | Moda | Detecta patrones frecuentes | [azul, rojo, azul, verde] |
Errores comunes que te juegan en contra
Estas son algunas meteduras de pata frecuentes al usar media, mediana o moda.
Tenlas en mente antes de lanzar tus próximas métricas:
- Usar la media en salarios con extremos (te da una falsa idea de riqueza).
- Aplicar moda en precios o edades (si no se repiten apenas, no aporta).
- Olvidar comparar todas (solo viendo las tres entiendes el todo).
Conclusión: cómo dominar estas tres métricas clave
Conocer media, mediana y moda no es opcional. Es saber leer entre líneas, detectar lo que otros pasan por alto y tomar decisiones con cabeza… y datos.
💡 La próxima vez que analices un informe, hazte esta pregunta incómoda pero poderosa:
¿Qué me están ocultando los promedios?
Si esto te ha hecho pensar, estás a un paso de convertirte en un analista con mirada crítica.